domingo, 8 de marzo de 2020

Mi perspectiva: 8 de marzo


Por Mónica Monter
8 de marzo de 2020

En un país tan extenso y con cerca de 130 millones de habitantes, quién podría imaginar que se tenga un patrón de pensamiento tan arraigado, que aún la mundialización provocada por la tecnología no ha podido arrancarla del ADN del mexicano; pues sí, me refiero al machismo, misoginia o cómo quieras llamarle; todo esto a propósito del 8 de marzo.

En general, las personas no son conscientes de que, la actitud, una palabra o un comentario que puede parecer inocente ¿tendrá un impacto en las mentes de quién lo escucha? La respuesta sería: no. La realidad es muy distinta. Cada palabra que se diga va quedando como tatuajes genéticos, los cuales se transmiten de generación a generación, sin que nadie, aparentemente, les ponga un alto.

Todo esto es tan familiar, tan cotidiano que hasta pasa desapercibido: ¿Cuántas novias tienes?; aguántate, no seas niña; ten cuidado con las lagartonas; ¡el último en llegar es vieja! Y así la lista sigue. Para mí fue una sorpresa que, mujeres jóvenes no consideren un piropo grotesco como una forma de acoso, y que las chicas canten canciones con contenido violento hacia ellas (reggeaton). He visto alumnas siendo violentadas de manera verbal y física, a través de “juegos inocentes”, cuando he intervenido me responden: No pasa nada maestra, así me llevo con él. Esto simplemente me deja sin palabras.

Les dicen sin decir el valor de la mujer. Sólo reeducando, sólo concientizando, sólo revalorando se detendrá la violencia hacia las niñas, adolescentes... A las mujeres.



¡Qué ironía! Hoy lo mencioné en mi blog, conductas culturales de preferencia hacia los hombres, y hoy me la aplicaron. Al mesero de la cafetería le pedí un café grande y me dio el mediano 😬